“A nivel mundial, se necesitan inversiones de 5000 a 7000 millones de dólares cada año para implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Hemos logrado algunos avances en la movilización de recursos para este fin, pero se necesita más. Mucho más”, declaró el Secretario General de la ONU este lunes durante un evento de alto nivel para financiar la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.
Guterres lanzó su nueva estrategia para movilizar más recursos y cumplir con los 17 Objetivos que plantea la Agenda, que buscan, entre otras cosas, acabar con el hambre y la pobreza, y no “dejar a nadie atrás”.
“Necesitamos actuar con urgencia para impulsar el progreso”, dijo el titular de la ONU, resaltando que no es una tarea fácil, pero se debe galvanizar el apoyo político entre los Gobiernos y las comunidades locales, generar impulso para el cambio en las salas de juntas corporativas, aprovechar recursos que permanecen inactivos y garantizar que las mujeres tengan un acceso equitativo y una participación en las inversiones.
El plan del Secretario General
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) representan tremendas oportunidades de inversión, del orden de billones de dólares. Sin embargo, a pesar del creciente impulso para este tipo de iniciativas, las brechas de financiamiento siguen siendo grandes y la movilización de recursos públicos y privadas es significativamente inferior a la necesaria.
“No hay una solución única para financiar los ODS”, explicó Guterres, quien reveló los tres principales objetivos de su estrategia.
- Alinear las políticas económicas globales y los sistemas financieros con la Agenda 2030.
- Mejorar las soluciones, estrategias e inversiones de financiación sostenible a nivel regional y nacional.
- Aprovechar el potencial de las innovaciones financieras, las nuevas tecnologías y la digitalización para proporcionar un acceso equitativo a las inversiones.
En su discurso ante líderes mundiales, el Secretario General además señaló varias acciones esenciales que pueden tomar los países.
“Debemos seguir apoyando a los países en desarrollo en la creación de condiciones para la movilización de recursos nacionales, incluso a través de la reforma fiscal y otras medidas de buena gobernanza. Al mismo tiempo, pido a la comunidad internacional que tome medidas mucho más eficaces para luchar contra los flujos ilícitos de capitales, el lavado de dinero y la evasión de impuestos, que continúan agotando los recursos que se necesitan desesperadamente del mundo en desarrollo”, dijo.
Agregó que también se deben intensificar los esfuerzos para desarrollar una financiación innovadora y movilizar la inversión privada, y recordó a todos los países de ingresos altos que deben cumplir los compromisos asumidos en la Agenda de Acción de Addis Abeba.
Las Naciones Unidas tienen un papel fundamental en el apoyo a la movilización de fondos para el desarrollo sostenible. La estrategia del Secretario General establece los elementos clave de este papel y las medidas que tomará la ONU para ayudar a acelerar y profundizar la transformación de los sistemas financieros para proporcionar financiamiento para el desarrollo de manera eficiente.
“Al invertir en los ODS, invertimos en el futuro, asegurando un mundo en el que luchamos por la paz, la estabilidad y la prosperidad que no dejan a nadie atrás”, concluyó António Guterres.
Además de jefes de Estado y líderes mundiales, en la reunión también estuvo presente Christine Lagarde, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, quien aseguró que movilizar recursos a gran escala requiere de una alianza y colaboración fuertes.
“Es un gran reto, pero ya sabemos cuánto necesitamos, cuáles pueden ser las fuentes de este dinero, y tenemos que crear un ambiente general para cumplir los ODS. Un ambiente de paz, estabilidad geopolítica, libre comercio, iniciativas climáticas, así como buena gobernanza…se trata de dar a los jóvenes un comienzo justo para sus vidas, donde sea que hayan nacido”, dijo.
Un plan para transformar el mundo
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, comúnmente conocida como la Agenda 2030, se anuncia como un plan para "transformar nuestro mundo".
En 2015, los Estados miembros de la ONU adoptaron la Agenda y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que se dividen en tres grandes áreas: personas, planeta y prosperidad.
La adopción de la Agenda fue significativa, ya que fue la primera vez que los líderes mundiales se comprometieron a una acción común en apoyo de una agenda política universal y ambiciosa. Como su nombre indica, el principio organizador de la Agenda y los ODS es el desarrollo sostenible, y este es también el mensaje clave para la comunidad mundial.
La ONU define el desarrollo sostenible como "desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades". Esto significa tener en cuenta, por ejemplo, los efectos que el crecimiento económico desequilibrado puede tener en el medio ambiente y el bienestar de las personas.
Los ODS proporcionan un marco para el desarrollo sostenible que mejora la vida de todos, en todas partes. Por ejemplo, asegurar que las economías crezcan y proporcionen trabajo decente; que todos tengan acceso a alimentos nutritivos, sin importar dónde vivan; y acceso a educación de calidad para todos.
Desde 2015 hasta 2030, los Estados miembros, la sociedad civil y otros socios están movilizando esfuerzos para cambiar la manera en que el mundo hace negocios: poner fin a todas las formas de pobreza, luchar contra las desigualdades y hacer frente al cambio climático, asegurando que nadie quede atrás.
La ONU ha organizado varias reuniones cada año diseñadas para monitorear el progreso de los Estados Miembros y socios, incluido el sector privado, en las prácticas comerciales cambiantes para garantizar que se puedan cumplir los Objetivos.
Las bases para su financiación se establecieron en julio de ese año, en la Tercera Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo, que tuvo lugar en la capital de Etiopía, Addis Abeba, en un documento denominado Agenda de Acción de Addis Abeba. Este proporciona un nuevo marco global para financiar el desarrollo sostenible alineando las finanzas con las prioridades económicas, sociales y ambientales; y establece una lista de más de 100 medidas concretas, relacionadas con finanzas, tecnología, innovación, comercio, deuda y datos, para alcanzar los ODS.
Progreso y retrocesos
Desde entonces, ha habido señales positivas. Hace apenas una semana, en la Cumbre de Acción Climática Global, se estimó que los nuevos compromisos respaldados por la ONU para tomar medidas contra los efectos dañinos del cambio climático podrían generar 26 billones de dólares en beneficios económicos en todo el mundo y ayudar a crear 65 millones de nuevos trabajos “libres de carbono” para 2030.
Se tomó nota de muchas iniciativas positivas de Gobiernos y empresas. Por ejemplo, la Agenda de Inversores, una de las áreas de enfoque de la Cumbre de Acción Climática Global, reunió a casi 400 inversionistas que administran casi 32 billones de dólares en activos, quienes se comprometieron a aumentar el flujo de capital hacia la acción climática.
Sin embargo, aunque esta nueva forma de administrar el mundo presenta una gran oportunidad de inversión, los recursos públicos o privados y las inversiones permanecen obstinadamente muy por debajo de lo que se necesita para cumplir con los objetivos 2030.
Muchas inversiones siguen siendo a corto plazo y volátiles, y el cambio sistémico necesario para transformar las economías y las sociedades aún no está sucediendo. Los Gobiernos deben facilitar que las empresas financien e inviertan en proyectos de desarrollo sostenible, el sector privado necesita movilizarse para inversiones a largo plazo y se deben crear nuevas soluciones para financiar los ODS.