#YoTeCreo, la plataforma para romper el silencio de mujeres víctimas de agresión sexual

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Ana es una mujer de Guatemala que sufrió abuso sexual. Después de años de mantenerse en silencio, decidió contar su historia y denunciar al agresor, un profesor universitario que la recibió en España cuando ella dejó su país en busca de mejores oportunidades.

 

Al denunciar formalmente, las autoridades no creyeron su versión y su caso quedó impune. Cuando la justicia le dio la espalda, encontró otra forma de alzar la voz. Creó un cómic en el que se representa como una muñeca y expresa a través de las viñetas la violencia física, psicológica y sexual de la que fue víctima.

*Consulta aquí el cómic

A partir de su historia, surgió en redes sociales el movimiento #YoTeCreo, como una iniciativa de apoyo a Ana y a otras mujeres víctimas de abuso sexual. Actualmente Yo Te Creo es una plataforma virtual que aporta a la concientización de la violencia sexual hacia las mujeres.

Cada víctima atraviesa su propio laberinto. Laberintos y telarañas en los que impera la soledad de las víctimas. En el caso de Ana, su laberinto fue ante todo institucional: su caso se perdió en los pasillos de una institución que se ha mostrado incapaz de sancionar a los violadores que no encajan en su guión. Así lo demuestran las cifras de agresiones sexuales frente a las de denuncias y finalmente de sentencias condenatorias.

En otros casos, el laberinto es mediático, ahí la destrucción de la imagen de las víctimas en muchos casos está asegurada, así como la difusión y refuerzo del prejuicio. Pero quizá la red más dolorosa en que quedan atrapadas es la del entorno cercano: familiares y amigos que se vuelven contra las víctimas o se ocultan tras el silencio cuando ellas denuncian públicamente a un agresor que hace parte del mismo círculo. Y, por supuesto, hay una enorme telaraña tejida en sociedad: ahí, a través de nuestro silencio cómplice e indiferencia, todos y todas somos de alguna manera artífices de la cultura de la violación.

Pero al romper el silencio, en algún punto de esas historias encontramos que todas estamos conectadas. Romper el silencio es también despojarse de la vergüenza y de la culpa impuestas; es encontrarse con otras y reconocerse en su dolor, su asco y su rabia. Lo que no se nombra, no existe. Por eso es fundamental romper el tabú y decirnos las unas a las otras: no estás sola. Yo te creo.*

*Publicado en yotecreo.net [2016]

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