Managua, 13 may (EFE).- Los jóvenes de Nicaragua cambiaron al país “para siempre”, al liderar las protestas masivas contra el Gobierno de Daniel Ortega, que han costado la vida de al menos 54 personas, ya que “el silencio, la sumisión, el temor, se quedaron en el siglo pasado”, afirmó hoy el Premio Cervantes 2017, Sergio Ramírez.
“Si bien la tarea no está terminada, Nicaragua cambió para siempre, el silencio, la sumisión, el temor, se quedaron en el siglo pasado. La ética de nuestros muchachos nos libró del peor de los males de la conciencia que es el miedo”, escribió el escritor nicaragüense, en su cuenta en Twitter.
El autor de “Adiós muchachos” publicó su opinión horas después de que miles de nicaragüenses pidieron la renuncia de Ortega en el pueblo indígena de Monimbó, 26 kilómetros al sureste de Managua, hasta donde se movilizaron para mostrar respaldo a sus habitantes, en la ciudad de Masaya.
Monimbó resistió ayer sábado un ataque armado de más de 14 horas continuas por parte de la Policía Nacional, la Juventud Sandinista y fuerzas de choque oficialistas conocidas como “turbas”, que tenían como objetivo suprimir las protestas contra Ortega.
La mayoría de víctimas mortales y heridos durante las manifestaciones en Nicaragua eran estudiantes universitarios, y también se cuentan dos policías, un adolescente y un periodista.
“A nuestros muchachos les debemos despertar al nuevo siglo. Volvieron por los demás, por los perjudicados, su solidaridad es un acto ético. Gracias a su ética solidaria, a ese desprendimiento radical, al punto de ofrecer sus propias vidas, es que tenemos ya una nueva Nicaragua”, sostuvo Ramírez.
Este domingo Nicaragua cumplió 26 días de manifestaciones multitudinarias, a veces violentas, a favor y en contra de Ortega, que iniciaron con protestas en contra de unas reformas a la seguridad social y que continuaron debido a las víctimas mortales de los actos represivos.
“El país ha despertado por fin, gracias a una juventud valiente y limpia, que le ha puesto a Nicaragua su marca de país, la marca de la ética. En las calles, a pecho descubierto, sin armas, enfrentando la mentira oficial, estos muchachos le devolvieron a Nicaragua la decencia”, continuó el escritor de “Tiempos de fulgor”.
Según el autor más prominente de Centroamérica y uno de los más reconocidos de Latinoamérica, “los jóvenes de Nicaragua nos han devuelto la vida. Con esta juventud sin mancha, volvemos a renacer. Con ellos nace por fin el nuevo siglo”.
Mañana lunes será un día clave en Nicaragua porque se vence el plazo de tres días que la Conferencia Episcopal de Nicaragua le dio a Ortega, para demostrar “signos creíbles de su voluntad” para participar en un diálogo nacional que resuelva la crisis, antes de anunciar si continúa siendo mediadora en eventuales acuerdos. EFE